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1784.- Selfie de los Reyes Magos

06/01/2015

En la 23 edición del Diccionario de la lengua española entraron al desfile oficial las palabras ‘agroturismo’, ‘aniskis’, ‘antipersona’, ‘birra’, ‘blaugrana’, ‘cagaprisas’, ‘chupi’, ‘euríbor’, ‘maría’ para referirse a la marihuana, ‘red’ para referirse a la plataforma digital de comunicación global, ‘spa’, ‘tuit’ y ‘tuitear’, ‘wifi’ y un mogote de palabras más. También, ‘serendipia’ para referirse a un hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual; el descubrimiento de la penicilina fue una serendipia. La palabra ‘podemos’ para referirse a un fenómeno de partido político que sirve para un bollo o un coscorrón es una serendipia de difícil pronóstico.

Sigue a la espera de las bendiciones oficiales pero ‘selfi’, la adaptación al español del anglicismo ‘selfie’, ha sido la palabra de un año que, tras esquivar desventuras y apuntarse a galardones, se ha quedado ya al otro lado del espejo.

Esto de hoy es mi selfi de los Reyes Magos y mi braggie del año recién estrenado. Ambas cosas, “a gogó”, es decir, en abundancia y a tope.
Hasta anteayer, los tuyos te decían “envía una postal cuando llegues”. Ahora, “envía selfies y braggies”, te dicen. En el universo de esos selfis y esos braggies, queda la añoranza de las postales de la época de maricastaña y la nostalgia de las fotografías que, cámara al hombro, hizo en nuestra tierra Jean Laurent en la década de los 60 de hace un par de siglos.

Cuando todo aquello, el protagonista era el objeto. Ahora, el protagonista es el sujeto que se auto fotografía consigo mismo o con un famoso, un monumento natural, pictórico o arquitectónico, e incluso con la vorágine de una catástrofe o de una desgracia ajena.

En el año 1917, hace casi un siglo, Victoriano Borreguero García encargó a una imprenta las primeras postales de Turégano y en todas ellas aparece el abuelo y sus hijos fotografiados; fue una serendipia, pero el abuelo se estaba inventado el braggie, ¡lástima no haberlo patentado! Las vendió a cinco céntimos de peseta y hoy se pagan como si un cuadro “chiquito y bonito” de los Lope Tablada. A parte de aquellas reliquias, las postales de hoy, igual que los embalajes del gaudeamus comercial que organiza cada año Papá Noel a solas o en compañía de los Reyes Magos de Oriente, van directamente al basurero.

Si el Acueducto, el Partenón o la Fontana de Trevi eran lo importante de nuestras fotografías viajeras, ahora somos nosotros quienes permitimos generosamente a esas maravillas que aparezcan a nuestro lado; "Estuve allí y te jodes", pretendemos informar al receptor de nuestros braggies y selfies.
En la era del egocentrismo canalla, cada persona es el centro del Universo.

Sin nuestra cara acompañando al guisado, la vida es un desaguisado.
Para todo lo demás, los benditos buscadores de red, deja que recuerde: el Google, el Bing, el Dateas, el Alexa, el Wikia Search, el DuckDuckGo y no sé cuantos más. Dicen que este último, el DuckDuckGo, es el que más respeta la privacidad de las personas porque no recoge información que identifique al usuario, o sea, que, atando cabos, ese buscador poco futuro tiene en el planeta ególatra de los selfies y los braggies.

Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto cambiaron todas las preguntas. Algo así escribió Benedetti el escritor y poeta uruguayo.

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