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1754.- El pajarito chiquitico

12/07/2014

Indignado está mi amigo Florencio Cuadrado. “Dios te salve, esposa de mi rey, mi reina”, me dice, y me restriega que sus discursos son dignos de una presidenta del Gobierno de España, no de la mujer del Rey. “!Qué énfasis, cuánta profundidad, qué tía!”, me dice, y luego añade, como extasiado: “El rey Felipe el Sexto sabe estar en su sitio de Jefe del Estado. Se esposa, es otro cantar, no es su sombra, es su institutriz. Yo que ella, presidiría una ONG.”

Indignado está mi amigo Florencio, y yo pienso que es un envidioso insolente, un resentido frustrado que fue incapaz de entrar en las listas de Podemos, ¡qué cabrón! Bien que lo pretendió con Juan Carlos Monedero, su amigo desde los años 2000/2005 cuando era el asesor de Gaspar Llamazares durante su etapa de coordinador general de Izquierda Unida.

Desde que Juan Carlos fue el inspirador del movimiento 15-M, Florencio llama a su amigo “mi Monedero” porque se hizo con el dominio de internet ‘noalaguerra.org’.
Cuando Monedero era asesor de Hugo Chávez, el presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, mi Florencio, el muy tunante, se carteaba con él discretamente. Y cuando el fantasma de don Hugo que en paz descanse se apareció a Nicolás Maduro en forma de "pajarito chiquitico", Monedero era el responsable de Formación del Centro Internacional Miranda del gobierno venezolano y su Ministerio de Planificación.

“Te la estás jugando, Florencio, Florencio Cuadrado. Tenemos una reina proactiva e inteligente”, le digo, y él a lo suyo: “Letizia, la esposa del rey de España, está bien preparada. Sabe hablar en público y en privado. Es una profesional de la oratoria. Tiene que entrar en política. ¡Hay que ficharla! El pueblo la necesita…
Y así: yo admirándola, y él, a lo suyo.

En su “Historia de Dos Ciudades”, Dickens aseguraba que cada uno de los seres humanos es un profundo secreto para los demás. Un secreto que incluso es un secreto para el corazón que más cerca de cada persona late.

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