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1696.- No sabíamos que era imposible

22/05/2013

De Cibeles a Neptuno, trescientos metros y un tsunami. Si la diosa Cibeles no deja de mirar al Banco de España, el dios Neptuno da la espalda al Museo de El Prado. “Los espejos se emplean para verse la cara y el arte para verse el alma"; cosas del irlandés Bernard Shaw.

Cibeles es la diosa de la madre Tierra y siempre va acompañada de leones. Neptuno gobierna las aguas y los mares, y cabalga sobre caballos blancos. Nada que ver, pero el Real Madrid es propiedad de todos y cada uno de sus socios, mientras que el Atlético pertenece a la familia de un ex alcalde de Marbella que en paz descanse. Me da por contarlo tras aquel partido del Bernabéu que se jugó en la Plaza de Los Postes.

Después del desaguisado político del pasado año en la final de la Copa del Rey en el Calderón, con postes o sin ellos daba gusto ver en el Bernabéu a los hinchas de ambos equipos tarareando el chunda chunda del himno de España; ni un silbido, ni un ultraje a la bandera de España. Por una vez y sin que sirva de precedente, ¡qué alivio ver confraternizados a los de los del “Atleti, Atleti, Atlético de Madrid” y a los 
”de las glorias deportivas 
que campean por España”.

Se sabe que el éxito no es para siempre y que el fracaso no es el final. Que lo que cuenta es el valor de seguir adelante. Que el éxito emborracha y el fracaso es un purgatorio… El éxito y el fracaso son dos impostores.

Cuando uno piensa en José Mário dos Santos Mourinho, recuerda a uno de los mayores expertos en management: "La mejor estructura no garantizará los resultados ni el rendimiento. Pero la estructura equivocada es una garantía de fracaso".
Tal vez por eso, los del Atlético miraban a Diego Pablo Simeone como si un profeta mientras gritaban: “Lo conseguimos porque no sabíamos que era imposible”.

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