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1650.- Allons enfants de la Patrie

07/05/2011

Marchemos, hijos de la patria, el día de gloria ha llegado…

Por si ganaba Sarkozy, tenía escrito un soneto con estrambote; el ejemplo de estrambote más conocido es el que añadió Cervantes al soneto dedicado al Túmulo del rey Felipe II en Sevilla: “Y luego, incontinente, caló el chapeo, requirió la espada miró al soslayo, fuese y no hubo nada”.

Por si ganaba Hollande, tenía escrita una redondilla giratoria con versos de pie quebrado como en las Coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre: “Cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor”.

Como ha ganado el primero, ni lo uno ni lo otro. Acudo a la Marsellesa que tan de todos los franceses: "Allons enfants de la Patrie...

De joven aprendí que lavándonos las manos, nos ensuciamos la conciencia. Tal vez por eso le digo al Hollande que ponga su sombra en los relojes solares y suelte los vientos por las llanuras (no sé a qué poeta ando copiando en esto). Le diría también que los mejores momentos de la vida vienen por sí solos, que no tiene sentido esperarlos.
Lo suyo es como cuando don Cleofás se refugió por casualidad en el desván de un astrólogo que tenía encerrado a un diablo en una botella y que, al liberarlo, le llevó en un mágico viaje a contemplar desde las alturas el interior de las casas y ver las opulencias y miserias de sus habitantes. Se llamaba Cojuelo aquel diablo embotellado. Así Europa en esta primavera de incertidumbre y frustración; la incertidumbre es no saber dónde, la frustración, no saber qué.

Mientras Zapatero vigilaba los nubarrones del cielo desde la garita aurea del Consejo de Estado español que preside el ex tesorero del Partido Popular, "en la esquina más negra del desamparo, donde el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras", los franceses han guillotinado a Nicolás y llevado al Elíseo a François.
Allons enfants de la patrie…

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