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1625.- Feliz Navidad, hermano lobo

20/12/2011






Homo homini lupus, el hombre un lobo para el hombre. ¿En quién pensaba Thomas Hobbes? Él que nació cuando su madre escuchó sobresaltada los cañonazos de la Armada Invencible española frente a las costas británicas.

Hay que matar siete lobos antes de que acabe el año. Ellos solo son lobos. Nosotros, solo hombres. De poder, ellos pedirían venganza, ojo por ojo, a pesar de que en lo que va de año no hemos podido matar ninguno y ahora urge. "Quiero matar un lobo", me dice el señor Antonio; me lo dijo a la salida de misa de doce, él va siempre a la misa de doce, es más suya, más solemne, más misa...
La autoridad se lo permite y aconseja. Mientras los españoles sueñan con empleos mileuristas, el señor Antonio se echa al monte y los lobos sueñan con Caperucita Roja camino de la casa de la pradera donde vive la abuelita enferma. Es la crónica de una muerte anunciada.

Por Navidad, cupo de lobos. Por Año Nuevo, vida nueva. El lobo, pobre hombre. El hombre, pobre lobo. Homo homini lupus. Lupus lupo homo.
Botas de siete leguas. Siete pecados capitales. Siete días de la semana. Siete novias para siete hermanos, siete enanitos, a los siete años el uso de la razón, las siete plagas de Egipto… Ahora, los siete lobos.
Dios creó el mundo en seis días y en el séptimo descansó, era su día, el día del Señor. El día que aprovechará el señor Antonio para matar a su hermano lobo.

¿En qué pensaba Dios cuando creó al hombre? Al hombre que necesita mantener en equilibrio equilibrado la vida suya tan desequilibrada.

¡Feliz Navidad al señor Antonio! ¡Feliz muerte a mi hermano lobo! No es un cuento navideño, pero así puedes tomarlo si quieres. ¡Feliz Navidad a todos!

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