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1505.- La ratonera

15/09/2009



Cuando se quiso seleccionar la mejor frase sobre el silencio, ganaron estas dos alhajas: “Que tus labios no atestigüen lo que tus ojos no vieron”, un proverbio hebreo, y “Las palabras son como las piedras: una vez que se lanzan, no se pueden detener”, un proverbio árabe. El silencio es una ratonera sin alma.
Ahora, un pueblo del Maresme ha organizado una consulta sobre la independencia de Cataluña. Apenas participó el 40% de la población (hasta los de 16 años podían votar) y ganaron, claro, los de la independencia. Hubo menos apoyo que cuando el estrambótico Estatut. El 60% que se quedó en casa lo hizo porque estaba en contra o porque en la puta consulta de Arenys se echaba de menos una quisicosa: “¿Es usted partidario de Belén Esteban Menéndez?” -dicen que hay trescientos doce españoles que siguen sin decidirse; son como la lamprea y la Ucedé, ni carne ni pescado-.
Como el silencio es la peor mentira, en la ratonera mediática se ha destapado el tarro de las esencias hispanas, la amalgama de los dos bandos: el popular y el quintaesenciado, los buenos y los malos, los de Antonio y los de Manuel, los del puño y los de nada, los de Ortega y los de Gasset, los de Joselito y los de Belmonte, los vivales y los gilipollas, los de Sara y los de Mago, los vascos y los charnegos, los catalanes y los maquetos, o al revés, que ya ni sé. Sabemos ya la verdad sobre los dos bandos. Los libros de texto. Las galerías de sabios. Hasta los de Lepe saben que España se divide en dos hemisferios divinos de la muerte: los alabadores y los detractores de una chica del barrio madrileño de San Blas que mueve más torbellinos mediáticos que el resto de los españoles. Es la Lola que se va a los puertos cuando su maromo se adentra en la multitud por ahogar el clamor de su propio silencio.
Sonsoles, ¿sabes?, me da gusto el bálsamo belénico que hace olvidar lo de mi Hugo y lo de mi Evo, lo de Arenys y lo de mi Joan Laporta i Estruch, esa lumbrera. Te juro que en la próxima ratonera monclovita pienso nombrar a la señora de Francisco Álvarez ministra de Información de mi gobierno; José Luis, ¿con esos sueldos?; Sonsoles, con un incremento de superioridad, que se chinchen la Bibiana, la Chacón, la Sonsoles, el Corbacho, la Trinidad…
Gracias a la mujer de Francisco Álvarez Gómez, el tabernero no el perfumero, España tiene un Eneagrama de Personalidad basado en la autoconciencia y en la autoobservación. Un instrumento para entendernos a nosotros mismos y para entender la forma como los demás se ven a sí mismos y el punto desde el cual gira su estrategia vital.

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