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1449.- Crysis

14/07/2008

No es casual que Caos sea anagrama de Cosa y Caso:
Planeta Tierra. Un inmenso asteroide acaba de chocar contra la superficie. La invasión ha comenzado y la Alianza de las Civilizaciones contraataca para derribar a los aliens. Hay que enfrentarse a alienígenas que trabajan en equipo. Los vientos, las aguas, la tierra, las plantas y los animales, han de tenerse en cuenta para no ser descubiertos por el enemigo…
Así el “crysis”, la última generación de juegos, la repanocha virtual de los pecés. Donde, igual que con Rodríguez Zapatero, el jugador crea el mundo donde quiere jugar.
En el escenario veraniego de este país de países que nos quieren colar, donde el personal contempla una crisis profunda y sin horizonte, Zeta ve una marejadilla pasajera que hay que resolver desde su tabla de winsorf. A través de sus gafas de buceo, la tempestad es una pequeña desaceleración térmica que necesita un ajuste light de coordenadas al azar.
No sabe de economía pero sí de números: “Treinta y siete veces en ciento veintinueve años -está hablando de los congresos del PSOE, ¡tranquis!-. Trece veces hasta el final de la República, trece veces en el exilio, y con esta, once veces en democracia. Somos el mismo partido que en 1888, en Barcelona nos reunimos por primera vez en un Congreso al que asistieron 18 delegados. Al segundo, que se celebró en Bilbao dos años más tarde, asistieron 12 delegados. Fuimos 977 delegados en 1932 y 157 en el exilio de 1950. Ahora somos 995…”
Nuestro presidente del Gobierno, borracho de cifras -cosas y casos-, acabará en el caos. Ebrio de laicismo irredento, en París ha regalado a Ingrid Betancourt «El libro de la vida» de Santa  Teresa de Jesús y dos camisetas de fútbol: una sin firmar de la selección española y otra, firmada por Zidane, de cuando Francia ganó el Mundial. Ha perdido el oremus.
Anda henchido de kirieleisones laicos y de eructos religiosos. Es un presidente light. Hay que ayudarle. Sólo con Bibiana y Leire, tan descafeinadas ellas, y con Miguelqué, tan desnatado él, tan descorbatado para ahorrar energía él, es imposible. No, no es casual que Caos sea anagrama de Cosa y Caso...

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