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1429.- La horquilla del zapatero errante

10/03/2008

En el país de Torrente, Patxi López, Mikel Buen, la LOGSE y cosas así sólo puede ganar Rodolfo Chiquilicuatre. Un personaje que avergüenza más que convence pero al que miles de votos le avalan como vencedor, horquillas y demás garambainas incluidas.
España es el país de frikismo manipulador donde triunfan los Buenafuente, la gente vota bajo la presión de las pistolas y en una parte de ella para decir “Constitución” hay que llevar escolta. Donde los "días de reflexión" son escaparates televisivos de personajes socialistas con el rostro lleno de lágrimas con calvarios procesionales que remueven sentimientos y doblegan voluntades. El país del judío errante, un personaje mítico que fue bautizado hace siglos con el nombre de “Juan de Espera en Dios”. Cuenta esa leyenda la historia de un hombre que insultó a Cristo –no me refiero a Carod Rovira y Pascual Maragall en su mofa jerusaliana de las coronas de espinas– cuando iba camino del suplicio y fue condenado a errar sobre la tierra hasta el fin de los tiempos. Unos dicen que aquel embustero fue un tal José Cartafilo, portero de Pilatos, pero la mayoría de los autores aseguran que fue un zapatero blasfemo llamado Buttadeo –zapatero de profesión, no de apellido, válgame Dios, que al Zapatero Zeta le felicito por su triunfo en estas elecciones donde se ha merendado el voto de los independentistas catalanes y vascos con el consiguiente peaje histórico–.
Ya en el siglo XVII a este zapatero se le identificaba con Asuero, un personaje que personificaba al hombre sin patria. Aquel zapatero errante inspiró a grandes escritores como Schiller, Goette, Borges y, sobre todos, a Eugène Sue, el escritor que más contribuyó a la difusión de la leyenda del zapatero errante. En España se decía que el errante se rejuvenece periódicamente bañándose en el río Jordán.
En mis Cabos Sueltos de hoy quiero felicitar al vencedor: ¡Enhorabuena Rodolfo Chiquilicuatre y comparsa! Gracias a ti y a los tuyos todos bailamos ya el “chiki chiki”: Coulette sexy, la dance sexy, te choco, me chocas, te va, te va, me chocas, te toco, los cuerpos calientes que no dan más, la piel al rojo vivo todo a punto de estallar, los dedos están listos para chiqui, chiqui, chizz, las manos se me escapan con el chiqui, chiqui, chizz, las piernas se preparan para el chiqui, chiqui, chizz...
Este es el país de Torrente, Patxi López, Mikel Buen, Pepiño, la LOGSE y cosas así. Donde Rodolfo Chiquilicuatre gana por miles de votos a todos los demás. Donde en la fachada del Ayuntamiento donde estuvo la capilla ardiente de Isaías Carrasco, un zamorano de Morales de Toro asesinado salvajemente por ETA para manipular las elecciones generales, no ondeó la bandera de España ni siquiera cuando el presidente del Gobierno daba el pésame a los familiares de la víctima y se solidarizaba con sus hermanos socialistas. Donde el minuto de silencio que el Athletic pidió en memoria de Isaías Carrasco en San Mamés tuvo que reducirse a ocho segundos por los gritos a favor de ETA de un montón de aficionados. Somos el país del zapatero errante y sus devaneos, del Chiquilicuatre y sus horquillas. ¡Que Dios nos frene y apacigüe!

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