1424.- Haz el pan y salva al gato21/01/2008
Estalló la preguerra de la guerra y cada oveja suda la camiseta política con su pareja dispareja: Rodríguez con Rajoy, Solbes con Pizarro, Bono con Arturo García Tizón, Alfredo con Teófila, Maleni con Celia, Pepiño con todos y siempre en el mismo suspiro, y así.
Cada oveja con o contra su pareja en el ataque dialéctico o en el sarcasmo cruel. Casi como en aquel cuento de Garibay -don Esteban de Garibay y Zamalloa (1533-1599)- cuando un hombre mató al herrero del lugar y fue condenado a la horca. Juntóse casi todo el pueblo, y dijeron al alcalde que no lo ahorcase “porque aquel hombre era muy necesario en el pueblo pues no podían pasar sin un herrero para que hiciese rejas, azadas y cerraduras”. Y como el alcalde dijo que su deber era hacer justicia, un labrador le respondió: “Señor, en este lugar hay dos tejedores y para este lugar pequeño basta uno. Ahorcad un tejedor en vez del herrero”. No recuerdo si así se hizo.
Antes de esta preguerra de la guerra, Rodríguez siguió negociando con ETA y mintiendo a los españoles al respecto. “Lo hice por Influencias Internacionales de distintas naturalezas y de diversos países", así lo ha confesado con esa solemnidad torpe que tanto le caracteriza y describe. O sea, que en aquella preguerra sangrienta había instancias sin aclarar; uno se pone a pensar, y zas: ¿La CIA, la KGB, el Mossad, Chávez, Alec Reid, el cura del IRA que pasea el nuevo evangelio: “ETA no es el problema”? ¿O serán las mismas instancias “de distintas naturalezas” que hoy le exigen el peaje de que nadie de su Gobierno asista al Congreso Mundial de Víctimas del Terrorismo de Madrid?
“Mientras yo gano la guerra, tú haz el pan y salva el gato”, le ha dicho no sé bien a nuestro presidente; ya se aclarará la instancia cuando al marido de la chica del coro le vengan vientos favorables o se marche con vientos frescos.
Las noticias se disparan pero los rumores cabalgan sobre las crónicas. El mundo está lleno de gente que cree que lady Di fue asesinada por los servicios secretos británicos y que el sida fue una creación de un laboratorio en Estados Unidos. Así el día a día de la preguerra de la guerra (o la guerra de la preguerra, no sé bien). Es como si siempre anduviéramos en campaña electoral. Cada cual a su manera cuenta la historia y hasta sin querer la disfraza.
Como hacemos la guerra en el jardín, pienso en el panadero belga de la leyenda. Aquel que cuando se fue al frente dijo a su mujer: "Mientras yo gano la guerra tú haz el pan y salva al gato".