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1406.- Se equivocó la paloma

02/10/2007



Nos robaron el primer tercio de nuestra vida y en el segundo hicimos borrón y cuenta nueva. Franco enmarmolado en Cuelgamuros, se nos olvidó el Cara al Sol y el NODO, la Internacional y el Prietas las Filas. Nuestros padres y nuestros abuelos se habían enzarzado en un conflicto descuartelado pero nosotros sólo sabíamos del Guerrero del Antifaz y de Roberto Alcázar y Pedrín. Conocíamos al dedillo la Historia Sagrada (Rubén, Simeón, Leví, Judá, la Magdalena, David y Goliat, Salomón y la de Saba, Caín y Abel…). De memoria la historia de Grecia y la de Roma. No digamos la de España, incluida la lista de los 33 reyes godos, 33: Ataúlfo, Sigérico, los dos Teodoricos y los dos Alaricos…; ¡qué jodida vida la de aquellos hombres sólo nombre! Leíamos a Platón y a Aristóteles, a Homero y a Epicteto (en latín y en griego también, una bobada, ya sé). Cervantes, Lope, Calderón, Shakespeare y hasta Sartre y Søren Kierkegaard llenaban nuestras vidas expoliadas. De San Agustín y Tomás de Aquino, hasta la letra pequeña. Traducíamos a Cicerón y a Tácito solo por traducir, pero con Horacio y Jorge Manrique, con Petrarca y con Séneca llorábamos hacia adentro y en silencio porque los hombres no podíamos llorar hacia afuera y en el escaparate.
Como el gran hermano sólo estaba dentro de nuestro corazón, en la tarde noche rezábamos el rosario en familia y para no pecar nos dormíamos pensando en los novísimos, ya saben, lo del infierno, el purgatorio y lo demás. Luego, al despertar, nos liábamos con Ortega, Unamuno, Voltaire y hasta con don Marcelino Menéndez y Pelayo. Mi madre, que había sido alumna aventajada de Antonio Machado, aunque no simpatizaba con su profe nos enseñó a leer y a releer a los más grandes, incluidos su profe, Lorca y don Jacinto Benavente. Sabíamos quiénes fueron Indívil y Mandonio, bagatelas, ya sé, pero es lo que había. Por cierto, ¿qué habrá sido de aquel Francisco Suárez, un jurista y filósofo excepcional del que tanto nos amamantábamos? -de Adolfo Suárez sólo supimos que había estado de gobernador civil en Segovia y que era de un pueblo de Ávila al pie del Arrebatacapas-.
Al llegar la transición, se nos traspapeló lo de Epicteto (“Si no tienes ganas de ser frustrado en tus deseos, no desees sino aquello que depende de ti”) y algunos dimos un paso al frente político para traer la democracia a nuestra nación. Pero se equivocó la paloma y así ahora. Creyó que el trigo era agua, que el mar era el cielo y, con la tribuna abarrotada de periodistas y personalidades, el lehendakari visionario acaba de anunciarnos una propuesta para acabar con el “conflicto político vasco”. Por ir al Norte, fue al Sur, y como creyó que el trigo era agua, por las buenas o por las malas el 25 de octubre del año próximo se abrirá el camino hacia la autodeterminación de esa parte de España que en el 2010 votará un acuerdo político sobre el derecho a decidir de los vascos sin que los españoles podamos disponer como dice esa carta Magna que ni flores. ZP podría suspender provisionalmente la autonomía vasca, lo sabemos, pero se limita a decir, desde un pueblo de Galicia, que Ibarretxe "se equivoca de país, de continente y de siglo", y su número 2, que la propuesta es "un desvarío más que un desafío"...
Perdimos el primer tercio de nuestra vida, ay, y, además, se equivocó la maldita paloma.

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