1350.- Nos han robado a Plutón29/08/2006
Me dirás que la votación ha sido sincera y profesional. Sí, ya sé que se trata de la Unión Astronómica Internacional, toda una garantía. Era un pequeñajo que se cruzaba en su órbita con Neptuno el gigantón y, como la vida es un desmentir, no sé, lo de la cigüeña, lo de los Reyes Magos, lo de Manolo antes de ser Bibiana…
La UAI nos ha robado a Plutón. Cada vez más solos, ¿cómo sobrevivir en desamparo? Pasa como cuando nos dijeron “Dios ha muerto” sin molestarse en comprobar si seguía vivito y coleando en las praderas del edén y moviendo el carro de las estrellas del cielo aún con Plutón. Aquel «Dios ha muerto» de Nietzsche en «La Gaya Ciencia» tiene su guasa cultural; así lo contó: “¿No habéis oído hablar de ese loco que encendió un farol en pleno día y corrió al mercado gritando sin cesar ¡Busco a Dios!, ¡Busco a Dios!?”. “¿Es que se te ha perdido como un niño pequeño?”, decía uno. “¿O se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se habrá embarcado? ¿Habrá emigrado?”, decían los demás. “¿Que a dónde se ha ido Dios? Os lo voy a decir. Lo hemos matado vosotros y yo. Todos somos sus asesinos…” Y ellos le decían: “¿Cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo hemos podido bebernos el mar? ¿Quién nos prestó la esponja para borrar el horizonte? (…)”. El loco entró en varias iglesias y entonó en ellas su requiem aeternam deo…
A Plutón nos lo ha soplado esta democracia en la que sólo cuenta el número de votos en la urna del amparo electoral. Mi maestra explicaba lo de Plutón con cara de no engañar y ella era una señora seria y honesta que ni se casó. La cosa está escrita, además, en el mismo libro donde decía lo de Dios, lo de Caín y Abel, lo del cuadrado de la hipotenusa, lo del dos más tres son cinco, lo de la circunferencia, lo de Isabel la Católica, lo del oso que se comió a aquel rey... También decían aquellos libros que Franco era un invicto caudillo enviado por Dios para salvar a España y a los españoles de las hordas rojas y del contubernio judeomasónico, una gentuza, pero esto es un cantar del que ya nos ha librado ZP con su sonrisa de niño tonto subido al púlpito histérico de la historia. Por cierto, ¿los científicos de la votación plutónica habrán consultado al marido de Sonsoles en lo de mandar a paseo al pequeñajo? A mí no me pidieron el voto los de la UAI para saber, pero claro ¡quién soy yo! De preguntarme, les hubiera sacado la enciclopedia de Álvarez o la de Santiago Rodríguez para que se enteraran.
Para paliar el robo, Rubalcaba hubiera predicado, muy serio, que “hemos alcanzado un grado razonable de coincidencia”, o sea, un sin decir que suena bien. Cuando Dios me de un par de siglos de propina para estas cosas y para cantar el gloria in excelsis le pediré que vuelva Plutón. Como hago cada año al finalizar agosto: me doy una vuelta por la romería de la ermita de La Lanzada, echo tres monedas en el cepillo y barro el camarín de la Virgen para asegurarme el regresar. Esta vez, la cola de barrer era tan larga que perdí la paciencia y abandoné, o sea, que ya veremos si el devenir me quita algo más que al pobrecito Plutón. Ya les diré.