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1218.- De hipogrifos, animagos, licántropos y así

La selección española ha sido eliminada de la Eurocopa. Nuno Gomes nos ha bajado del Olimpo portugués. No supimos repeler a los dementores, los medio fantasmas que se apoderan de nuestros más bellos recuerdos (sus hijos saben lo que quiero decir). No acudió en nuestra ayuda Dumbledore, el sabio director de Hogwarts. No llegó a tiempo R. J. Lupin, el profesor de Defensa contra las Artes Oscuras.
Para evitar un conflicto peninsular, hemos preferido dejarnos ganar (¡Déjenme que lo crea! ¡Que me consuele!) La víspera me llegó este e-mail: “Zapatero anuncia que se traerá de Portugal a la selección española después de escuchar a Luis Felipe Scolari, el entrenador de los portugueses, que esto es una guerra. Pásalo.” Como no nos queda ni la excusa de la maldición de los cuartos de final, que don Talante Rodríguez, que es del Barça, se coma este marrón; va en su sueldo y en nuestro descargo. Y aunque don Talante proponga desaladoras mágicas para calmar la sed del Levante español, sigue siendo un sosomán. Cuatro capitanes, cuatro (Zidane, Beckham, Figo y Raúl) son jugadores del Real Madrid; ya sólo quedan tres. Esto no es Aljubarrota, ni Toro, ni otras batallas así, pero “fútbol es fútbol”, como diría Louis Van Gall, ¿o era Bujadin Boskov?
Otros que andan a la gresca son los del Partido Socialista de Cataluña. Quieren dejar de ser la delegación catalana del PSOE. Quedarse solos, solitos como Andorra o algo así. En el Senado, donde forman grupo con Ezquerra e Iniciativa, chocan cada día con los intereses de su partido a nivel nacional. Lo mismo se repetirá en el Congreso si Maragall se sale con la suya y consigue que los socialistas catalanes trasladen a la Cámara Baja "el referente común" -El hombre de CiU en Madrid, Josep Duran Lleida, dice que «El PSOE es un tren que nos viene de frente; eso sí, conducido por un maquinista más simpático»-. El presidente catalán, en su primera visita institucional a la sede del Gobierno vasco, ha reconocido que sus objetivos y los de Ibarretxe son los mismos. Está convencido de que ambas propuestas "convergerán en el futuro pues aunque sean distintas en la forma son cercanas en su contenido". Desde Madrid, su compañera de partido ha aclarado que el Plan Ibarretxe "no es asumible", pero el problema es que “su compañera de partido” es doña ‘dondedijedigo’ y cuando don Talante Rodríguez necesita balones de oxígeno, ella es una animago (sus hijos saben lo que quiero decir). Maragall e Ibarreche juegan a transformarse en hipogrifos pero son licántropos.
Desde el pasado viernes, en España se habla con toda naturalidad de animagos y licántropos, y hasta de Buckbeak, el hipogrifo de Hagrid, el guardián de los terrenos y exteriores la Escuela de Magia. Aunque hace una semana ni mu, ahora todos sabemos lo que son y lo que hacen estos bichos. Los conocemos mejor que a Bin Laden o a Nabil Sahraouim. Así como el Hipocampo tenía la cabeza y los cuartos delanteros de un caballo, el resto de su cuerpo estaba formado por las aletas posteriores de un pez enorme. El hipogrifo, en cambio, es como un pollo gigante. Se parece a Maragall. Tiene cabeza y alas de águila y cuerpo de potro. Puede domesticarse, pero sólo deben intentarlo los expertos. Cuando alguien se aproxima a un hipogrifo, hay que mirarlo a los ojos, sin apartar la vista. Una reverencia mostrará que tenemos buenas intenciones. Si el hipogrifo devuelve el saludo, podemos acercarnos sin peligro. Lo hemos aprendido en el tercer curso de la Escuela Hogwarts, sentados en el mismo pupitre que Harry Potter y Hermione Granger, mirando de reojo a Malfoy, el hijo de papá.
No es lo mismo un animago que un licántropo. El animago elige al animal en que se convierte. El licántropo, cuando hay luna llena, no tiene elección: se convierte en el lobo de caperucita. Sus hijos saben lo que quiero decir. Se lo ha enseñado la Rowling.
España necesita con urgencia a Severus Snape, el profesor de Pociones.

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