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1991.- ¿Adiós al procés catalán?

04/02/2018

Uno de los poetas ingleses más reconocidos del siglo XVIII, que destacó por las traducciones de los textos de Homero y por su poesía satírica, en la guarida de los sueños popularizó esta bienaventuranza: “Bienaventurado el que nada espera, porque nunca sufrirá desengaños” —se llamaba Alexander Pope, nació en 1688 y murió en 1744.

También decía que un hombre nunca debe avergonzarse por reconocer que se equivocó, que es tanto como decir que hoy es más sabio de lo que fue ayer.

El procés catalán o proceso soberanista de Cataluña hace referencia a los hechos ocurridos entre los años 2012 y 2017 que buscaban el derecho de autodeterminación y la independencia de Cataluña.

“El proceso” es una novela inacabada de Franz Kafka, publicada en 1925 de manera póstuma que se basa en un manuscrito inconcluso de Kafka. En el relato, un tal Puigdemont, perdón, quise decir Josef K., un oficinista bancario, es arrestado una mañana por una razón que desconoce. Desde este momento, el protagonista se adentra en una pesadilla para defenderse de algo que nunca se sabe qué es y con argumentos aún menos concretos, tan solo para encontrar, una y otra vez, que las más altas instancias a las que pretende apelar no son sino las más humildes y limitadas, creándose así un clima de inaccesibilidad a la justicia y a la ley —el nombre Josef probablemente proviene del Emperador Francisco José I, y K. es una inicial tras la cual el propio Kafka, pues al referirse a sí mismo frecuentemente escondía su propio apellido.

De esa novela procede un famoso relato kafkiano titulado “Ante la ley”, en el que un hombre llegado de lejos pretende cruzar la puerta de la Ley, pero un guardián se lo impide durante años. En el final, cuando el hombre agoniza, el guardián le grita: "Ninguna otra persona podía haber recibido permiso para entrar por esta puerta, pues esta entrada estaba reservada sólo para ti. Ahora me voy y cierro la puerta".

Uno de los poetas ingleses más reconocidos del siglo XVIII, que destacó por sus traducciones de los textos de Homero y por su poesía satírica, en su guarida de los sueños popularizó esta bienaventuranza: “Bienaventurado el que nada espera, porque nunca sufrirá desengaños” —se llamaba Alexander Pope, nació en 1688 y murió en 1744—. También decía que un hombre nunca debe avergonzarse por reconocer que se equivocó, que es tanto como decir que hoy es más sabio de lo que fue ayer.

El pasado es el pasado, la vida es la guarida de los sueños y las personas suelen tener añoranzas del futuro, una mercadería de morriña incoherente.

A Carles Puigdemont Casamajó familiarmente se le llama “Puchi”. Con él “ad portas” —“en las puertas” —, una locución latina que se solía decir ante los posibles avances de Aníbal sobre la ciudad de Roma; en sentido figurado, se dice esa fase cuando algo o alguien se encuentra o está muy próximo de acontecer o es inminente.

Preguntándome de nuevo si por fin ha llegado el adiós al procés catalán, no sé ya por qué camino transitar y para evitar interpretaciones locas me refugio en al gran Kafka, un escritor de origen judío nacido en Bohemia, que escribió en alemán, y cuya obra está considerada como una de las más influyentes de la literatura universal. Nació en Praga en 1883 y murió de tuberculosis en Austria en 1924. A parte de El Proceso, sus obras “El guardián de la tumba” y “La Metamorfosis” revolucionaron la literatura universal, y atando cabos, ad portas me despido con esta moraleja del relato “Ante la Ley”: “A pesar de que la Ley está, siempre hay personas o personajes encargados de cuidar que nadie cambie o conozca cómo funciona, haciendo y aceptando todo lo contrario a lo que la Ley indica.”

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