1961.- La mano que mece la cuna15/10/2017
“¿Para cuándo los controles de alcoholemia en el aire?”, esa canallada escribió en las Redes Sociales Domingo Mir, el coordinador de Ezquerra Republicana de Sabadell, para burlarse del accidente y la muerte del capitán Borja Aybar en el accidente de uno de los eurofighter que acababan de sobrevolar el desfile por el “Paseo madrileño de la Castellana del Día de la Fiesta Nacional de España —¡Ojalá no reviente ese torrocollons para que su cadáver viviente sirva de escarnio a sus propios gusanos! Alguien dijo que España es el único lugar del mundo donde 2 y 2 no suman 4. Y yo añado: Si suman 3 o si suman 5, nunca lo sabremos. Es como si apareciera Mary Poppins volando con un paraguas cuando sopla el viento del Este y alguien nos hubiera enseñado a cantar el supercalifragilisticoespialidoso como si una fórmula salvadora.
La España de Caín es la mano que mece la cuna. El dehonor y la ignominia de Puigdemon, Oriol Junqueras, Carme Forcadell, Joan Tardà, Anna Gabriel, Albano-Dante Fachín, Ada Colau, Gabriel Rufián, Domingo Mir, Artur Mas y los demás cagabandúrries está asentada en una ciénaga soliviantada.
Llueve a cántaros en el cronómetro de la historia. Cuando el otro ataca, es un provocador que defiende intereses inconfesables; cuando tú atacas, lo haces en uso de tu libertad de expresión para defender derechos “de la gente”. Cuando el otro reivindica su identidad religiosa es una agresiva injerencia en la vida de los demás; cuando tú censuras la religión del prójimo, lo que haces es defender “la laicidad”. Cuando el otro reclama libertad, lo hace porque quiere delinquir contra el pueblo; cuando lo haces tú, es para reclamar un derecho exclusivo. Cuando el otro incurre en violencia, es un fascista; cuando el violento eres tú, estás aplicando la “justicia proletaria”. Cuando el otro se corrompe, es un canalla que debe ser expulsado de la ciudad, y no sólo él, sino todos los suyos; cuando te corrompes tú, es porque estás “cabalgando contradicciones”. Ese es el Libro de Estilo de Podemos y el de Comportamiento discordante de Pedro Sánchez, el único político que acudió sin corbata y como si a un cine de barrio al desfile del Día de España y a la recepción oficial de los Reyes en el Palacio Real —parecía un adefesio del yo soy tanto como tú y algún día lo sabrás.
Podemos, sus mareas y confluencias, o sea, la ultraizquierda española, ha resucitado de nuevo la España de Caín de Antonio Machado: “Ya hay un español que quiere/ vivir y a vivir empieza,/ entre una España que muere/ y otra España que bosteza./ Españolito que vienes/ al mundo te guarde Dios./ una de las dos Españas/ ha de helarte el corazón.”
La convivencia civilizada consiste en aceptar que el otro tiene derecho a existir siendo otro incluso estando equivocado. La operación mental de Podemos es inversa: “yo tengo razón, luego tú no tienes derecho a existir”.
La cúpula del partido político español fundado en enero de 2014 y liderado por Pablo Iglesias Turrión —Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Miguel Urbán Carolina Bescansa, etecé y el propio Pablo Iglesias —lleva años estudiando sistemas de manipulación de la opinión pública, y lo preocupante es constatar cuánta gente teóricamente culta, o al menos con estudios, ha comprado el mensaje de la mano que mece la cuna.
Atando Cabos, como en el cuadro de Francisco Goya “Caín matando a Abel con un garrote”, situado en el Muso del Prado —la Biblia dice que fue con la quijada de un burro— a la mano que mece la cuna le importa un comino el tomar conciencia de lo que tiene enfrente: la frivolidad de unos y la irresponsabilidad de otros, un hercúleo Caín que intenta instalarse en el poder a cualquier precio.