Volver a Artículos     
1937.- La meta es el camino

15/05/2017

No resulta fácil creer en los milagros. "Pedimos milagros, como si no fuese el milagro más evidente el que los pidamos", escribió no sé donde nuestro Miguel de Unamuno. Por su parte, nuestro Séneca, un contemporáneo de Cristo, dejó escrito que “es mejor aprender cosas inútiles que no aprender nada”, y la madre Teresa de Calcuta, premio Nobel de la Paz en 1979, garabateó en alguno de idiomas que dominaba —inglés, albanio, serbo-croata, bengalí e hindi; cualquiera sabe— que “no se puede parar de trabajar porque se tiene toda la eternidad para descansar”; un filósofo griego escribió que “el tiempo es una imagen móvil de la eternidad”.

Un tal Ralph Abernathy —1926/1990— el líder estadounidense luchador por la defensa de los derechos civiles de los negros, explicó que "se puede matar al soñador, pero no al sueño", o sea, que los sueños tienen vida propia aunque parezcan fantasmas a la deriva. Tras el asesinato de un tiro en la cabeza el 4 de abril de 1968 de Martin Luther King por un francotirador situado en el balcón del motel Lorraine, Abernathy le sucedió como presidente de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano.

Que los campeones siguen jugando hasta que ganan, lo explicó en cierta ocasión Billie Jean Moffitt King, la ex jugadora de tenis de los Estados Unidos considerada como una de las más grandes de es deporte y una de las mejores deportistas femeninas de toda la historia. Billie Jean nació el día de Santa Cecilia, el 22 de noviembre del año 1943, el mismo día aunque que veinte años después de cuando asesinaron en la Plaza Dealey de Dallas a John Fitzgerald Kennedy, el trigésimo quinto presidente de los Estados de América —22 de noviembre de 1963.
Si un perdedor como Pedro Sánchez Pérez-Castejón sigue erre que erre intentando conseguir un triunfo sin futuro, es tal vez porque alguien, quizás su Begoña Gómez, le ha susurrado al oído la proclama arengaria de Billie Jean de que los campeones siguen jugando hasta que ganan —Emile Chartier, un profesor, ensayista y filósofo francés que se hacía llamar “Alain” solía decir que no se puede razonar con los fanáticos si no se es más fuerte que ellos.

Pedro y Begoña son algo parecido al yin yang, un principio de la filosofía china, en donde el yin y yang son energías opuestas que se necesitan y se complementan: un símbolo de armonía debido al equilibrio que produce la interacción de ambas energías.

Lo de la diferencia de edad entre los matrimonios y las parejas de hecho es algo circunstancial y fortuito. De Begoña Gómez se sabe que es algo mayor que Pedro Sánchez. De Shakira Isabel Mebarak, la cantante colombiana de Barranquilla, se conoce que tiene 10 años más que Gerard Piqué Bernabeu, el futbolista español de Barcelona. De Emmanuel Macron, el nuevo presidente de Francia, se sabe que está casado con Brigitte Trogneux , su profesora de secundaria 24 años mayor que él —el flechazo entre profesora y alumno fue un cupidinazo, y ella abandonó a su marido banquero para casarse en 2007 con Emmanuel.
Aunque los sueños tengan vida propia y parezcan fantasmas a la deriva, la meta es el camino y atando cabos hoy concluyo que, dado lo visto y lo no visto en el escaparate incompleto de personas y personajes hoy procesionados —Unamuno, Séneca, Karl Marx, Teresa de Calcuta, Martin Luther King, Ralph Abernathy, Billie Jean, John F. Kennedy, Pedro Sánchez, Begoña Gómez, Shakira, Piqué, Alien, Emmanuel Macron y Brigitte Trogneux—, existen incógnitas difíciles de interpretar: palabras con sentido encubierto para que el mensaje quede al albur de la interpretación de cada persona y la meta siga siendo el camino.



  Volver a Artículos