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1924.- El Rubicón de primavera

22/03/2017

Ya lo cruzaron López y Sánchez y ahora, al llegar la primavera, Díaz está a punto de atravesarlo. El Rubicón de esta primavera es un laberinto en el que su misma velocidad confunde a los que corren.

El Rubicón de esta primavera no es un río como cuando Julio César regresó a Roma tras su campaña victoriosa en las Galias al frente de sus tropas. La ley romana prohibía a los generales entrar en Italia con su ejército y, bajo pena de muerte, debía licenciar a sus tropas antes de atravesar la frontera situada a lo largo del río Rubicón. César conocía esa ley y, pese a ello, decidió cruzar ese río a sabiendas de que este gesto significaría la guerra civil contra los cónsules de Roma. Cuando se disponía a cruzar el río con sus tropas, señalando que ya no había vuelta atrás, Julio César pronunció la frase Alea jacta est (“la suerte está echada”, o mejor, “los dados ya se han lanzado”). Desde entonces, se usa la frase cruzar “cruzar el Rubicón” para referirse al hecho de emprender una acción que va a acarrear graves consecuencias que difícilmente podrán evitarse.

Nuestros políticos de hoy intentan a la desesperada cruzar el Rubicón de esta recién estrenada primavera con sus tropas desconcertadas.
Aunque lo parezca, nada es previsible. Pedro Sánchez se duerme y se despierta cada día con su Begoña Gómez, la mujer que le gobierna, cantando como hipnotizada el "Tengo, tengo, tengo. Tú no tienes nada. Tengo tres ovejas en una cabaña. Una me da leche, otra me da lana, y otra mantequilla para la semana. Caballito blanco llévame de aquí. Llévame hasta el pueblo donde yo nací." Y él: “El cocherito, leré, me dijo anoche, leré, que si quería, leré, montar en coche, leré..." y su Begoña: "Y yo le dije, leré, con gran salero, leré, no quiero coche, leré, que me mareo, leré" —la Moncloa es un proyecto de los dos.

En el caso de Susana Díaz y José María Moriche, su marido, un auxiliar administrativo de la Junta de Andalucía, la canción es "Susanita tiene un ratón. Un ratón chiquitin que come chocolate y turrón y bolitas de anís. Duerme cerca del radiador con la almohada en los pies y sueña que es un gran campeón jugando al ajedrez...”

Por su parte, Francisco Javier López Álvarez —Patxi López el de Baracaldo— balbucea junto a su Begoña Gil: "¡Qué alegres son los de mi compañía, qué alegres son los de mi batallón! Tanpatanpantan bia; Bilbora noa, lanparanpantan". Nada que ver pero cuando yo era mozalbete me enseñaron y canté en una coral este precioso villancico en eusquera del insigne músico Jesús Guridi Bidaola (Vitoria 1886/Madrid 1961): “Ator ator, mutil etxera/ Gaztaina zimelak jatera/ Gabon-gaba ospatuteko/ Aitaren ta amaren onduen;/ Ikusiko dot aita barreka / Ama be poz atzegiñez./ Eragijok / mutil! Aurreko danbolin, ori/ Gastañak erre artian / Txipli, txapla, pun/ Gabon gaba pozik/ Igaro daigun” —En español: “Ven a casa muchacho a comer castañas maduras para celebrar la noche de Navidad al lado de papá y mamá. Verás a papá riéndose y a mamá llena de placer. Mueve muchacho ese tambor de asar castañas hasta que se asen las castañas. ¡chipli chapla pun! Para que estemos contentos la noche de Navidad.”

En 1988, un tal Spencer Johnson escribió un delicioso libro titulado “¿Quién se ha llevado mi queso?”. Los tres contrincantes que intentan cruzar el Rubicón socialista de esta primavera debieran tener presente este consejo de aquel libro: “Vio que se perdía de vez en cuando en el laberinto y, a pesar de ello, no perdía la confianza en que iba a encontrar un queso nuevo ahí afuera, junto con todas las cosas buenas que lo acompañaban. Así consiguió reunir valor.”

Atando cabos hoy digo que como en la milonga de Homero Manzi, un letrista, político y director de cine argentino, el Rubicón político de esta primavera no es un río de tránsito prohibido sino “un lugar de casitas rosadas donde el rasguear de las guitarras acuna los sueños”.

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