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1908.- Fusilar al perro

06/01/2017

En el primer centenario del fusilamiento de un perro, el Papa Francisco ha despedido el 2016 haciendo un llamamiento al mundo para que cese la violencia en el 2017. Él sabe que será un año más violento aún que el que se ha marchado con viento fresco. Que continuará la enésima guerra mundial, teóricamente la Tercera.

¿Llegará este año Mary Poppins con su paraguas volador? El viento del este y la niebla gris anuncian que vendrá lo que tenga que venir, solo eso, y que no será seductor.

Tras el “Adeste fideles laeti triumphantes, venite, venite in Bethlehem, natum videte, regem angelorum”, del 2016 —Acudid, fieles, alegres, triunfantes, venid, venid a Belén, ved al recién nacido, el Rey de los ángeles— ha aparecido entre medidas inusitadas de seguridad el 2017, un año que la ONU ha declarado "Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo". El año del centenario de la aparición de la Virgen María a tres pastores en Fátima y el de la Revolución bolchevique de 1917, llamada “Revolución de octubre" que consiguió el derrocamiento del régimen zarista.

La Primera Guerra Mundial, también conocida como “La Gran Guerra”, se desarrolló principalmente en Europa. Comenzó el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918. Coincidiendo con los últimos episodios, ocurrió la Revolución Bolchevique en Rusia.
Aunque en el último siglo hayan pasado mil tragedias, el recuerdo del fusilamiento de un perro sube por mi garganta y apenas me deja respirar. Como ya adelanté, en Rusia, el 15 de marzo, durante la primera fase de la revolución, el Zar fue obligado a abdicar terminando así con la dinastía de los Romanov y con la monarquía. Pocos días después, Nicolás II y su familia fueron hechos prisioneros y, al año siguiente, el 17 de julio, los zares y toda su familia fueron fusilados junto con algunos sirvientes, el médico de la familia y el perro del niño; nada se sabe si al perro se le dio un tiro de gracia en la sien como a los demás fusilados; un hecho más preocupante y catastrófico que los fusilamientos de los hombres por los hombres del 3 de mayo de 1808 en Madrid cuando los franceses fusilaron a 36 personas repartidas entre la montaña del Príncipe Pío y el Buen Retiro.

El jesuita Pierre Teilhard de Chardin, un paleontólogo y filósofo francés, aportó una personal y original visión de la evolución: “El perro sabe, pero no sabe que sabe”. Por su parte, Mahatma Gandhi explicó que “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que trata a sus animales”.

Los militares fusilan, los yihadistas decapitan, los americanos utilizan la silla eléctrica o la inyección paralizante, los franceses guillotinan, en España, o fusilamiento o garrote vil — Mariana Pineda, denunciada por haber bordado en una bandera una leyenda liberal, fue ejecutada mediante garrote vil el 26 de mayo de 1831, tenía 26 años.

Si el PP y el PSOE se conjuraran por lo bajinis (sin Sánchez y los del “nunca jamás contigo”, por supuesto), en este 2017 los españoles iniciaríamos un motín de esperanza.

En el primer centenario del fusilamiento de un perro, atando cabos digo que Maquiavelo me enseñó que cuando atacas a un colectivo le unes a sus compatriotas y le potencias. “Las injurias han de hacerse todas a la vez; los favores poco a poco, para que puedan saborearse mejor”, escribió en El Príncipe, su obra más monumental. Si hoy viviera, escribiría de nuevo La Mandragora, una sátira mordaz de las costumbres españolas de la época.

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